En la actualidad, la biblioteca pública está abierta a todas las personas, y su acervo es de tipo general. La biblioteca infantil forma parte de ella; dicha biblioteca es de gran valor para la formación del hábito de la lectura en los niños, que serán los futuros estudiantes, profesionales y ciudadanos del mundo.
También se han fundado bibliotecas con objetivos específicos, como son las de las escuelas primarias, secundarias y universitarias, las cuales sirven para dar servicio a estudiantes, profesores, padres de familia e investigadores.
La biblioteca universitaria propicia la investigación y proporciona información a nivel avanzado. En ella se presta servicio a los estudiantes de las diversas facultades y colegios.
Las bibliotecas especializadas se crearon para satisfacer la gran demanda de información específica y para atender a determinado tipo de usuarios, en los distintos campos del conocimiento científico. Estas bibliotecas aparecieron después de la Primera Guerra Mundial. En ellas se atienden las necesidades de información e investigación de la industria, el comercio, al igual que de instituciones como la banca, las secretarías y ministerios gubernamentales, etc.
En la actualidad, han surgido los centros de documentación e información y se han instalado los bancos de datos, los cuales funcionan con la información almacenada en las bibliotecas, para atender las necesidades de cierto tipo de usuarios como: el gobierno, la policía y las compañías de seguros en forma exhaustiva e inmediata. Dichos centros contribuyen al desarrollo de diversos sectores de la economía, la educación y la investigación científica.
Hoy todos los volúmenes de cualquiera de las grandes bibliotecas de la antigüedad, podrían caber fácilmente, sin mayor problema, en el disco duro de cualquier computadora personal: más de quince mil millones de caracteres pueden caber y sobra espacio en un dvd-rom; sin embargo, esta circunstancia de ningún modo significa el fin del libro. Ni el más avanzado de los ingenios informáticos podrá transmitir jamás, esa peculiar emoción que experimentamos cada vez que abrimos un libro y lenta y placenteramente comenzamos a recorrer sus páginas.