Antes de llegar a ser el importante matemático, hoy recordado por sus trabajos sobre la descomposición de funciones periódicas en series trigonométricas convergentes llamadas “Series de Fourier”, Jean-Baptiste Joseph intenta seguir una carrera militar e, igualmente, estuvo a punto de seguir la vocación religiosa. Fourier nace en Auxerre, Francia, el 21 de Marzo de 1768; esta localidad fué sede de una escuela de formación marcial, donde inicia sus estudios. Sin embargo, sus aspiraciones se frustran pues, para hacer parte de la oficialidad, se exige como requisito pertenecer a la nobleza y él no lo era. Es entonces cuando ingresa a una abadía de la orden benedictina, de donde sale antes de ser ordenado sacerdote. Una vez que abandona sus aspiraciones militares y religiosas, se encamina hacia la ciencia, contribuyendo a las matemáticas con un método para resolver ecuaciones.
Este tiene como particularidad su operacionalidad en ecuaciones de cualquier grado. Peró, más allá, el dominio de Fourier de las ecuaciones diferenciales lo aprovecha para una aplicación práctica: lo utiliza en el estudio de la propagación del calor en cuerpos sólidos. El nombre de Fourier se suele relacionar con el estudio de las funciones periódicas, cuya serie fue por él desarrollada. Este campo de trabajo es conocido como análisis armónico. Algunos otros adelantos presentados por Fourier, se ubicaron en la investigación meteorológica (fue el primero en dar una explicación científica al efecto invernadero en un tratado) y en los estudios precursores de la estadística matemática. En su calidad de docente, imparte conocimientos en las escuelas Militar, Normal y Politécnica de París. Por otra parte, es llamado a integrar las academias de Ciencias y Francesa durante los últimos años de su vida, mismos que llegan a su fin un 16 de Mayo de 1830 en París.