Este astrónomo alemán nace el 27 de Septiembre de 1571 en Weil der Stadt (Alemania), siendo hijo de familia noble. Se sobrepone a una enfermedad infantil que le deja problemas de visión, llegando a completar estudios en matemáticas, teología y filosofía, en la ciudad de Tubinga. Durante algún tiempo se desempeña como asistente del astrónomo Tycho Brahe, a quien sustituyó como matemático del rey Rodolfo II. Fundamentándose en las observaciones de su jefe, Kepler formula sus revolucionarias leyes astronómicas: “Las tres Leyes de Kepler”. La primera sostiene que las órbitas de los planetas no son circulares sino elípticas, esto implica que en lugar de un centro, cada órbita tiene dos focos y, el Sol, ocupa uno de ellos en cada una de las órbitas planetarias; la segunda ley de Kepler dice que las áreas barridas por los radios de los planetas, son proporcionales al tiempo empleado por los planetas en recorrer el perímetro de dichas áreas; lo anterior en términos sencillos, significa que un planeta se desplaza más rápido al acercarse más al Sol; y la tercera ley, dice que el cuadrado del tiempo en que un planeta completa un giro alrededor del Sol, es proporcional al cubo de su distancia promedio frente al mismo. Mediante esta última se establece la relación entre el tiempo en que un planeta completa su órbita y la distancia promedio del planeta en relación con el Sol.
A pesar de una serie de desgracias relacionadas con su estabilidad económica y su salud, profesa fervientemente su fe religiosa. Sin embargo, debe marchar a Hungría forzado por su condición de protestante luterano. Logra regresar a su patria protegido por los jesuitas. Sus hallazgos tienen importancia fundamental para el campo de la astronomía. Sus postulados fortalecen en lo básico las teorías copernicanas. Por otro lado, Kepler es el principal precursor de la óptica moderna, llegando a describir con un alto nivel de aproximación, el funcionamiento del ojo humano. Llega a sus conclusiones a partir de la observación del funcionamiento de los telescoopios. Afirma, con acierto, que la pupila funcioona a manera de diafragma que regula la entrada de la cantidad de luz al ojo. Explica también, que la visión borrosa de ciertas personas se debe a que la imagen se forma adelante o atrás de la retina. Se desempeña como profesor en la Universidad de Graz, Austria, pero durante gran parte de su vida deriva su sustento de hacer predicciones astrológicas; para cobrar este tipo de servicios, debe emprender algunos viajes. En uno de ellos muere, a su paso por Regensburgo (Ratisbona) el 15 de Noviembre de 1630.